lunes, 20 de febrero de 2012

EL DEBATE SOBRE ARTELEKU

ARTELEKU QUIERE SER LIBRE OTRA VEZ

Arteleku quiere aprovechar su 25 aniversario para limpiar la casa. Literal y metafóricamente. La 'fábrica' del arte se recupera por un lado de los efectos devastadores de las inundaciones que asolaron la vega del Urumea y dañaron gravemente el edificio. Pero además, el nuevo gobierno foral quiere «insuflar nuevos aires al centro y abrirlo a la sociedad».
Para ello la Diputación, propietaria del edificio y del proyecto, está dispuesta a dar un paso de calado: dejar en 'stand by' el acuerdo que vincula el futuro de Arteleku con el desarrollo de Tabakalera. «La falta de dirección artística en Tabakalera y el retraso en ese proyecto nos llevan a aparcar la confluencia y devolver Arteleku a su esencia como espacio para la creación», afirma Garazi Lopez de Etxezarreta, directora foral de Cultura.
Y eso que Arteleku sigue sin director. «De momento no nos planteamos buscar una nuevo», añade la directora de Cultura. «No descartamos ninguna fórmula, incluso la autogestión de los propios artistas y usuarios al frente del proyecto».
Tabakalera, en 'stand by'
Es un nuevo giro en una iniciativa que nació hace 25 años como un experimento alternativo y novedoso, que alcanzó un enorme prestigio en los años 90 al mando de Santi Eraso como termómetro de las nuevas tendencias europeas y que en los últimos tiempos había entrado en una fase de transición, vinculado al futuro de Tabakalera.
En la enrevesada historia de Tabakalera el penúltimo capítulo pactado entre las instituciones preveía que Arteleku quedara como «corazón del proyecto» a la espera de que se materializara el centro de arte contemporáneo. Pero la nueva voluntad foral, explicitada por primera vez en las declaraciones formuladas a DV por la nueva directora de Cultura, Tabakalera se queda también sin corazón.
Pero viajemos al nacimiento del proyecto. Noviembre, 1986. ¿Berlín? No, barrio de Loiola de San Sebastián. Un viejo edificio de la firma de suministros eléctricos Easo es reconvertido en 'fábrica de arte' cuando ese concepto, luego tan utilizado, era aún sinónimo de vanguardia . ¿Por qué aquí y así? «Porque era un lugar barato, quedaba fuera del centro, lo que suponía mayor grado de autonomía, y reunía todos los ingredientes para una iniciativa experimental», explica hoy Santi Eraso, director de Arteleku desde casi el principio hasta el año 2006.
Eraso no duda en citar un nombre como protagonista del nacimiento del proyecto: Imanol Murua, entonces diputado de Cultura como miembro del PNV y después diputado general por EA. «Su amistad con artistas como Jorge Oteiza o Nestor Basterretxea y su vinculación con gente como Chillida, Juan Luis Zumeta o Vicente Ameztoy fueron determinantes en su apuesta por un lugar así», recuerda Eraso y corrobora la hoy directora de Cultura, Garari Lopez de Etxezarreta.
Referencia internacional
Ana Salaverría, técnico de la Diputación, fue la primera directora de Arteleku durante unos meses, hasta la llegada de Eraso, que ganó la oposición convocada al efecto. «Al principio Arteleku era como una de esas viejas escuelas de artes y oficios pero un poco más sofisticada», rememora Eraso. Los talleres de serigrafía y litografía fueron los primeros, y enseguida llegó Zumeta con su propio taller o los espacios dedicados a la piedra, los textiles o la fotografía.
Pero la década prodigiosa de Arteleku llega en los 90. Crecen los talleres, se consolida la biblioteca como una referencia en el exterior, nace la videoteca y empiezan, después, los seminarios de cultura contemporánea por los que desfilarán las figuras emergentes del pensamiento europeo.
A veces ante el desconocimiento o el escepticismo de los propios vecinos Arteleku se convierte en marca de prestigio en España. En los talleres de Angel Bados y Txomin Badiola se forja la nueva generación de artistas vascos, de Asier Mendizabal a Ion Mikel Euba, de Sergio Prego a Iban Salaberria. Antoni Muntadas lanza aquí algunas de sus videocreaciones. Y Arteleku colabora con el artista Pepe Espaliú en varias y sonadas acciones solidarias (incluida la celebrada en el Reina Sofía en 1993) antes de su fallecimiento por sida.
Han sido muchos los hitos en estos 25 años. «Fuimos pioneros en hablar de algunas prácticas feministas aplicadas al arte, en hablar de derechos relacionados con la cultura digital e incluso en utilizar fuera de la universidad el entonces naciente internet», explica Santi Eraso. «Y siempre lo hemos hecho desde presupuestos modestos, con el carácter de laboratorio alternativo».
El paso de pensadores por Arteleku dio especial resonancia mediática al centro. En algunos casos de la mano de Francisco Jarauta, desfilaron por el barrio de Loiola Jean Baudrillard, Jean François Lyotard, Sami Nair o Ignacio Ramonet. «Aquí se habló de globalización cuando el término aún no era de uso común», dice Eraso.
Un futuro abierto
Pero vivir de las glorias pasadas es justamente lo contrario de lo que necesita un espacio que se quiere de vanguardia como Arteleku. Eraso se fue en 2006 y le tomó el relevo Miren Eraso, luego prematuramente fallecida a los 49 años.
Y entonces aparece Tabakalera. Arteleku sigue en funcionamiento como espacio para artistas y talleres contemporáneos pero la Diputación, el Gobierno Vasco y el Ayuntamiento de Donostia acuerdan su inclusión en el gran proyecto cultural de Tabakalera. Ese trasatlántico no acaba de arrancar y ahora la Diputación da un golpe sobre la mesa: hay que mover Arteleku sin esperar a Tabakalera.
«Arteleku es un proyecto singular con una estupenda trayectoria, pero en los últimos años ha faltado proyección e integración en la sociedad», dice Garazi Lopez de Etxezarreta. «Hay que abrirlo más a los artistas y a las nuevas generaciones», añade.
«La vinculación conceptual entre Arteleku y Tabakalera es evidente, pero en un momento en el que falta el director cultural de Tabakalera y se recortan los presupuestos, pensamos que el convenio hay que dejarlo en 'stand by' y devolver autonomía a Arteleku para que siga su propio camino», explica la directora de Cultura.
Lopez de Etxezarreta no oculta que «las inundaciones de hace meses han supuesto, curiosamente, una revitalización de Arteleku: los artistas, los trabajadores del centro e incluso personas no implicadas en el centro se han volcado para limpiarlo y devolverle la vida. La gente quiere Arteleku. Ahora funciona bien, con sus talleres, su centro de documentación y el papel fundamental del 'dantzagunea', el espacio de creación que utilizan las compañías de danza y que valoramos muy positivamente. Pero hay que darle más vida sin descartar nada ante el futuro: desde el traslado del edificio, forzado por los planes urbanísticos del Ayuntamiento, hasta la propia autogestión en línea con lo propuesto por Santi Eraso», concluye la responsable foral.
Y es que Eraso plantea que Arteleku siga siendo vanguardia: ahora, como experimento en el modelo de gestión. «Los propios artistas o usuarios del centro podrían constituirse en una entidad que gestionara de manera independiente Arteleku», propone. «Es una manera de seguir siendo referencia», agrega. «¿Por qué no refundar Arteleku?»
Refundación: una manera rompedora de celebrar el 25 cumpleaños para un centro distinguido históricamente por experimental.
 
Mitxel Ezquiaga / DV 2012-02-12
 
 
 

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